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RENUNCIA Estas 5 Palabras y el Universo Obedecerá | Jacobo Grinberg
RESUMEN
🤖 - Monica El video explora el poder transformador de cinco palabras sagradas: gratitud, amor, paz, abundancia y entrega. El presentador, basado en años de investigación sobre la conciencia, argumenta que estas palabras son más que simples sonidos; son "llaves vibracionales" que conectan nuestra realidad interna con el universo.
Puntos Clave: Conciencia como Campo Conectivo: La conciencia se presenta como una red que interconecta todo lo existente, y las palabras actúan como modulaciones de este campo.
Gratitud: Se enfatiza la importancia de una gratitud profunda, que no es solo una emoción superficial, sino un estado de ser que permite manifestar abundancia y oportunidades.
Amor Incondicional: Se describe el amor no como una emoción posesiva, sino como una fuerza que une y sincroniza energías, creando un campo de conexión entre seres humanos.
Paz Interior: La paz se define como un estado natural que surge al dejar de resistirse a la realidad, permitiendo que el cerebro funcione en coherencia.
Abundancia: Se destaca que la verdadera abundancia no se mide en posesiones materiales, sino en la capacidad de reconocer la riqueza que ya existe a nuestro alrededor.
Entrega: La entrega se presenta como un acto de confianza en la inteligencia del universo, permitiendo que los procesos naturales de manifestación ocurran sin resistencia.
Interconexión de las Palabras: El presentador sugiere que estas palabras trabajan juntas en armonía, creando un "campo de manifestación coherente". Al pronunciarlas con autenticidad, elevamos nuestra frecuencia vibracional, lo que atrae experiencias positivas y transforma nuestra realidad.
Práctica y Contribución Colectiva: Se propone un protocolo para trabajar con estas palabras, enfatizando la importancia de conectarse emocionalmente con su significado. La práctica personal de estas palabras no solo transforma vidas individuales, sino que también contribuye a la evolución colectiva de la conciencia humana.
Reflexión Final: El mensaje central es que cada persona es una expresión única de la conciencia cósmica, y al utilizar estas palabras, se reconecta con su verdadera naturaleza. En lugar de luchar por la abundancia, se trata de remover las barreras que impiden reconocer lo que ya está disponible en el universo.
Este resumen encapsula las ideas principales y el enfoque del video sobre el uso consciente de estas palabras para la transformación personal y colectiva. Si necesitas más detalles o un enfoque diferente, házmelo saber.
DESCRIPCION
16,956 vistas 9 sept 2025
En este video descubrirás las 5 palabras secretas que, según las investigaciones de Jacobo Grinberg, tienen el poder de cambiar tu vida, transformar tu conciencia y abrir las puertas de la manifestación. Estas palabras no son simples sonidos: son llaves vibratorias que conectan tu mente con el universo, activando la abundancia, la paz interior y el amor incondicional.
🌌 ¿De qué trata este video?
• Revelamos el conocimiento oculto de Jacobo Grinberg sobre la conciencia.
• Explicamos cómo usar las 5 palabras para atraer abundancia, amor, salud y prosperidad.
• Exploramos la relación entre espiritualidad, física cuántica y neurociencia.
• Mostramos cómo la gratitud, el amor y la entrega transforman tu vida.
💡 Estas enseñanzas combinan la filosofía ancestral, la psicología de la conciencia y los descubrimientos modernos para ayudarte a despertar tu verdadero potencial.
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TRANSCRIPT
Hay momentos en la vida en que las palabras adquieren un poder que trasciende su significado aparente. Durante mis años de investigación sobre la conciencia, he descubierto que existen cinco palabras específicas que no son simplemente sonidos articulados por nuestra garganta, sino llaves vibratorias. que el universo mismo nos ha entregado para abrir las puertas de la manifestación. Estas palabras cuando las comprendemos en su verdadera esencia se convierten en puentes entre nuestra realidad interna y el mundo que percibimos como externo. Permíteme contarte algo que me sucedió hace muchos años cuando apenas comenzaba mis estudios sobre la neuropsicología de la conciencia. Estaba en mi laboratorio tarde en la noche observando los patrones de ondas cerebrales de una persona en estado meditativo profundo. De repente, algo extraordinario apareció en el monitor. Las ondas no seguían los patrones habituales que conocíamos. Era como si el cerebro hubiera encontrado una frecuencia diferente, una resonancia que parecía sincronizarse con algo mucho más vasto que el que el individuo mismo. En ese momento comprendí que la conciencia no es simplemente un producto del cerebro, como nos han enseñado. La conciencia es un campo, una red invisible que conecta todo lo que existe. Y las palabras, esas expresiones sonoras que utilizamos constantemente son en realidad modulaciones de este campo de conciencia. Cada palabra que pronunciamos envía ondas a través de esta red cósmica y dependiendo de la calidad vibratoria de esas palabras, atraemos hacia nosotros experiencias específicas. Me gustaría pedirte algo en este momento. Si estas reflexiones están resonando en tu interior, si sientes que algo se está moviendo dentro de ti mientras escuchas estas palabras, suscríbete a este canal y compártenos en los comentarios qué es lo que estás sintiendo ahora mismo. Tu experiencia es valiosa porque cuando compartimos nuestras percepciones, fortalecemos esta red de conciencia de la cual todos formamos parte. La primera palabra sagrada es gratitud, pero no me refiero a la gratitud superficial que expresamos por cortesía social. Hablo de esa gratitud profunda que surge cuando reconocemos que nuestra existencia misma es un milagro incomprensible. Durante mis investigaciones con chamanes hicholes aprendí que ellos no ven la gratitud como una emoción, sino como un estado de ser. es la frecuencia base desde la cual toda manifestación se vuelve posible. Eh, recuerdo viívidamente mi primera experiencia con don Eduardo, un chamán wiol que se convirtió en mi maestro. Estábamos sentados alrededor del fuego sagrado y él me dijo algo que cambió para siempre mi comprensión. Jacobo, cuando tu corazón late con gratitud verdadera, te conviertes en un imán para todo lo que el universo desea darte. En ese momento, no entendí completamente sus palabras, pero después de años de estudio neurocientífico, pude comprobar que la gratitud genera un patrón específico de coherencia cardíaca que sincroniza el corazón con el cerebro, creando un estado óptimo para la manifestación. La gratitud activa, lo que yo llamo el circuito de abundancia en nuestro sistema nervioso. Cuando experimentamos gratitud genuina, nuestro cerebro libera neurotransmisores que no solo nos hacen sentir bien, sino que literalmente reorganizan nuestras conexiones neuronales para percibir más oportunidades, más belleza, más posibilidades en nuestro entorno. Es como si la gratitud fuera una lente que nos permite ver aspectos de la realidad que antes permanecían ocultos. Pero hay algo aún más profundo. Según mi teoría sintérgica, cada pensamiento y cada emoción crea ondulaciones en el campo de conciencia. La gratitud genera ondulaciones de alta frecuencia que atraen hacia nosotros experiencias alineadas con esa misma frecuencia. No es magia, es física. cuántica aplicada a la conciencia humana. La segunda palabra es amor. Pero permíteme ser muy específico sobre qué tipo de amor. No hablo del amor posesivo, del amor condicional, que depende de que las personas se comporten como esperamos. Hablo amor incondicional, ese amor que los místicos han descrito durante milenios y que yo he podido estudiar desde una perspectiva neurocientífica. Durante uno de mis experimentos más reveladores, conecté electrodos a una pareja que llevaba más de 30 años casada. Les pedí que se miraran a los ojos y que experimentaran amor genuino el uno por el otro. Lo que descubrí me dejó sin palabras. Sus ondas cerebrales comenzaron a sincronizarse. No solo eso, sino que las frecuencias cardíacas también entraron en coherencia. Era como si sus sistemas nerviosos hubieran encontrado una resonancia común, creando un campo unificado de conciencia. El amor verdadero no es una emoción que experimentamos ocasionalmente, es un estado de ser que reconoce la interconexión fundamental de toda la vida. Cuando pronunciamos la palabra amor desde este estado de comprensión, estamos activando lo que en la tradición védica se conoce como el chakra del corazón, pero que desde una perspectiva científica podríamos describir como un complejo entramado de redes neuronales que conectan el corazón, el cerebro y el sistema nervioso entérico. El amor incondicional es la fuerza más poderosa del universo para la manifestación porque disuelve las barreras que hemos creado en nuestra mente. Cuando amamos verdaderamente no solo a las personas cercanas, sino a la vida misma en todas sus expresiones, nuestra frecuencia vibratoria se eleva hasta alcanzar una resonancia con las fuerzas creativas del cosmos. La tercera palabra sagrada es paz, pero no me refiero a la ausencia de conflicto externo. Hablo de esa paz profunda que surge cuando nuestra mente deja de resistirse a lo que es. Esta paz interior es lo que los budistas llaman la mente que no se aferra y lo que yo he identificado como el estado neurológico óptimo para acceder a lo que llamo la conciencia expandida. Eh, tuve una experiencia transformadora durante una sesión de meditación profunda en el desierto de Hiricuta, lugar sagrado para los hicholes. Después de horas de meditación, llegué a un estado donde mi mente se aquiietó completamente. No había pensamientos, no había emociones, solo una paz indescriptible que parecía ser la sustancia misma de mi ser. En ese momento comprendí que la paz no es algo que buscamos afuera, sino nuestro estado natural cuando dejamos de interferir con el flujo natural de la conciencia. Desde una perspectiva neurocientífica, he observado que cuando una persona alcanza este estado de paz profunda, su cerebro entra en lo que denominamos coherencia global. Las diferentes regiones cerebrales comienzan a funcionar en sincronía, creando patrones de ondas que raramente vemos en estados ordinarios de conciencia. Es como si el cerebro recordara su diseño original, su capacidad innata para funcionar como una unidad coherente. La paz interior actúa como un campo magnético que atrae hacia nosotros experiencias armónicas. Cuando estamos en paz, no emitimos las frecuencias caóticas del miedo, la ansiedad o la resistencia. En su lugar irradiamos una vibración estable y elevada que actúa como un faro para todo aquello que resuena con esa misma frecuencia. La cuarta palabra es abundancia. Pero aquí debo ser muy cuidadoso porque la abundancia verdadera no tiene que ver con la acumulación material. La abundancia es un reconocimiento de que vivimos en un universo infinitamente generoso, donde todo lo que necesitamos para nuestro crecimiento y bienestar ya existe en potencia. Durante mis estudios con diferentes tradiciones espirituales, he observado un patrón fascinante. Las personas que viven en un estado genuino de abundancia no son necesariamente las que poseen más cosas materiales, sino las que han desarrollado la capacidad de percibir la riqueza infinita que los rodea en cada momento. en abundancia en una puesta de sol, en la risa de un niño, en la sabiduría que surge de una experiencia difícil. Desde el punto de vista de la neuroplasticidad, eh he comprobado que cuando pronunciamos la palabra abundancia desde un estado de reconocimiento genuino, activamos redes neuronales asociadas con la percepción de oportunidades. Es como si programáramos nuestro cerebro para buscar y reconocer las múltiples formas en que la abundancia se manifiesta en nuestra vida cotidiana. La abundancia no es algo que debemos crear desde cero, ya existe. Nuestro trabajo consiste en remover las barreras mentales que nos impiden percibirla y recibirla. Estas barreras son creencias limitantes que hemos absorbido desde la infancia. la idea de que los recursos son escasos, que debemos competir para sobrevivir, que no merecemos tener una vida plena y próspera. Eh, cuando comprendemos que el universo opera desde principios de abundancia infinita, nuestra relación con la manifestación cambia radicalmente. Ya no tratamos de forzar que las cosas sucedan desde un lugar de carencia, sino que nos abrimos a recibir lo que naturalmente fluye hacia nosotros cuando estamos alineados con nuestro propósito más elevado. La quinta y última palabra sagrada es entrega. Esta podría ser la más difícil de comprender para la mente occidental, acostumbrada a creer que debemos controlar todo para obtener lo que deseamos. La entrega verdadera no es pasividad ni resignación, es la sabiduría profunda que reconoce que hay una inteligencia superior operando en el universo, una inteligencia de la cual somos parte integral. E recuerdo una conversación profunda con María Sabina, la famosa curandera mazateca. Me dijo, "Jacobo, el río no lucha contra las rocas en su camino, simplemente encuentra la forma de fluir alrededor de ellas. Así debe ser el ser humano con la vida. En ese momento comprendí que la entrega no es renunciar a nuestros sueños y deseos, sino confiar en que el universo conoce la mejor manera de materializarlos. La entrega es un acto de fe profunda en la inteligencia cósmica. Cuando nos entregamos verdaderamente, dejamos de interferir con el proceso natural de manifestación. Es como si quitáramos nuestras manos del volante y permitiéramos que la vida nos condujera hacia nuestro destino más elevado. Desde una perspectiva neurocientífica, la entrega produce un efecto fascinante en nuestro sistema nervioso. Cuando dejamos de resistirnos y tratamos de controlar todo, nuestro sistema nervioso simpático se relaja. Esto permite que el sistema nervioso parasimpático, responsable de la sanación y la regeneración tome el control. Es en este estado donde se producen lo que comúnmente llamamos milagros, pero que en realidad son manifestaciones naturales de las capacidades inherentes de la conciencia. Ahora, permíteme explicarte cómo estas cinco palabras sagradas trabajan juntas para crear lo que yo llamo el campo de manifestación coherente. No son palabras aisladas que funcionan independientemente. Son como las notas de una sinfonía cósmica que cuando se tocan en armonía crean una resonancia capaz de materializar nuestros deseos más profundos. Imagina por un momento que tu conciencia es como un radio. La mayoría del tiempo estamos sintonizados en frecuencias bajas. El miedo, la duda, la preocupación, el resentimiento. Estas frecuencias nos conectan con experiencias que reflejan esos estados internos. Pero cuando pronunciamos estas cinco palabras sagradas desde un lugar de autenticidad, es como si cambiáramos la estación del radio de nuestra conciencia hacia frecuencias más elevadas. La gratitud nos sintoniza con la frecuencia de la apreciación. El amor nos conecta con la vibración de la unidad. La paz nos alína con la armonía cósmica. La abundancia nos sintoniza con la generosidad infinita del universo y la entrega nos conecta con la sabiduría que trasciende nuestra comprensión limitada. Cuando estas cinco frecuencias se combinan en nuestro campo de conciencia, crean lo que en física cuántica conocemos como interferencia constructiva. Las ondas se amplifican mutuamente, creando un campo de gran potencia que actúa como un imán para experiencias alineadas con estas frecuencias elevadas. Eh, durante años de investigación he sido testigo de transformaciones extraordinarias en personas que han aprendido a utilizar estas palabras sagradas correctamente. He visto como individuos que vivían en estados de desesperación y limitación han logrado manifestar cambios profundos en sus vidas, no a través de técnicas de manipulación mental, sino mediante el reconocimiento genuino de estas verdades universales. Pero aquí viene algo crucial que debo compartir contigo. Estas palabras no funcionan como fórmulas mágicas que repetimos mecánicamente esperando resultados automáticos. Su poder se activa solo cuando las pronunciamos desde un estado de conciencia alineado con su verdadero significado. Es la intención consciente combinada con el sentimiento auténtico lo que les da su poder transformador. Permíteme contarte sobre un experimento que realicé con un grupo de voluntarios. Dividí el grupo en dos. Al primer grupo le pedí que repitiera las cinco palabras sagradas durante 15 minutos cada día. Pero como si fueran simples palabras sin significado. Al segundo grupo le pedí que antes de pronunciar cada palabra se conectara profundamente con su significado, que sintiera en su corazón la esencia de lo que cada palabra representaba y solo entonces la expresara. Los resultados fueron extraordinarios. El primer grupo no experimentó cambios significativos en sus patrones de ondas cerebrales ni en sus reportes subjetivos de bienestar, pero el segundo grupo mostró cambios dramáticos. Sus electroencefalogramas revelaron un aumento notable en la coherencia cerebral. Sus niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyeron significativamente y sus reportes subjetivos indicaron mejoras en todos los aspectos de sus vidas: relaciones, salud, creatividad y manifestación de metas. Esto me enseñó algo fundamental. No es la palabra en sí misma la que tiene poder, sino el estado de conciencia desde el cual la pronunciamos. Las palabras son vehículos, pero el combustible es nuestra conciencia alineada con la verdad que cada palabra representa. Ahora quiero compartir contigo un protocolo específico que he desarrollado para trabajar con estas cinco palabras sagradas. No es una técnica rígida, sino una guía flexible que puedes adaptar a tu propio proceso de crecimiento espiritual. Comienza cada día dedicando unos minutos a conectarte con cada palabra. No se trata de repetirlas mecánicamente, sino de sumergirte en la experiencia vivencial que cada una representa. Cuando pronuncias gratitud permite que surja naturalmente un sentimiento genuino de apreciación por algún aspecto de tu vida. Puede ser algo tan simple como el aire que respiras o tan complejo como las lecciones que has aprendido de tus experiencias más difíciles. Cuando pronuncies amor, conecta con ese sentimiento expansivo que trasciende las limitaciones del ego. Piensa en alguien a quien amas incondicionalmente o simplemente permite que tu corazón se abra hacia la vida misma. Siente como esta vibración de amor se expande desde tu corazón hacia todo tu ser y hacia el espacio que te rodea. Al pronunciar paz, no trates de forzar un estado de calma. Simplemente observa lo que está presente en tu mente y en tu corazón sin juzgarlo, sin tratar de cambiarlo. La paz verdadera surge naturalmente cuando dejamos de resistirnos a lo que es. Es el espacio de quietud que siempre ha estado ahí. esperando a que dejemos de llenarlo con el ruido de nuestros pensamientos compulsivos. Cuando digas abundancia, expande tu percepción para reconocer toda la riqueza que ya existe en tu vida. No solo la material, sino la abundancia de experiencias, de aprendizajes, de conexiones, de posibilidades, permite que tu mente se abra a la comprensión de que vives en un universo infinitamente generoso. Finalmente, al pronunciar entrega, respira profundamente y permite que cualquier tensión de control se disuelva. Imagina que estás flotando en un río de sabiduría cósmica que sabe exactamente hacia dónde te lleva. No es necesario que entiendas todo el plan. Solo necesitas confiar en que estás siendo guiado hacia tu mayor bien. He observado que cuando una persona practica este protocolo con consistencia y autenticidad, su vida comienza a reorganizarse de maneras que parecen milagrosas, pero que en realidad son la expresión natural de las leyes que gobiernan la conciencia y la manifestación. Pero hay algo más que quiero compartir contigo, algo que he descubierto después de décadas de investigación. Estas cinco palabras no solo tienen el poder de transformar tu vida individual, sino que cuando suficientes personas las practican con sinceridad, crean ondas de transformación que afectan el campo de conciencia colectivo. Esto me lleva a lo que considero uno de los descubrimientos más importantes de mi carrera. La existencia de lo que he llamado la matriz sintérgica. Es un campo de conciencia unificado que conecta a todos los seres vivos. Cuando modificamos nuestra frecuencia personal, a través de estas prácticas, contribuimos a elevar la frecuencia del campo colectivo. Imagina que la humanidad es como una orquesta cósmica. Durante milenios hemos estado tocando en frecuencias discordantes el miedo, la separación, la competencia, el conflicto. Pero cuando suficientes individuos comenzamos a tocar las notas de la gratitud, el amor, la paz, la abundancia y la entrega, eh creamos una resonancia armónica que gradualmente eh va sintonizando a toda la orquesta hacia eh frecuencias más elevadas. No es una responsabilidad que deba asustarnos, sino un privilegio extraordinario. Cada vez que pronuncias una de estas palabras sagradas desde un lugar de autenticidad, estás contribuyendo a la sanación y evolución de la conciencia planetaria. Tu práctica personal se convierte en un acto de servicio hacia toda la humanidad. Durante mis últimos años de investigación, antes de mi partida hacia otras dimensiones de exploración, me di cuenta de que había encontrado algo más que técnicas para la manifestación personal. Había descubierto claves para la evolución colectiva de nuestra especie. Estas cinco palabras son semillas de una nueva forma de estar en el mundo, una forma basada en la colaboración con las fuerzas cósmicas en lugar de la lucha contra ellas. Quiero dejarte con una reflexión final que ha sido central en todo mi trabajo. Tú no eres un ser separado tratando de obtener cosas de un universo hostil. Eres una expresión única de la conciencia cósmica, dotado con el poder de cocrear la realidad a través de tu alineación consciente con las fuerzas fundamentales que gobiernan la existencia. Las palabras gratitud, amor, paz, abundancia y entrega no son solo sonidos que pronuncias con tu boca, son portales hacia estados de conciencia que te reconectan con tu verdadera naturaleza divina. Cuando las utilizas correctamente, no estás manipulando la realidad desde afuera. estás recordando quién realmente eres y permitiendo que esa verdad se exprese a través de tu experiencia vital. El universo no es un lugar donde tienes que luchar para sobrevivir. Es tu hogar y como en todo hogar verdadero, todo lo que necesitas para tu florecimiento ya está disponible. Tu trabajo no es crear abundancia, amor o paz desde la nada. Tu trabajo es remover las barreras que te impiden reconocer y recibir lo que ya está esperándote. Estas cinco palabras sagradas son las llaves que Dios, la fuente, el universo, como prefieras llamar esa inteligencia infinita, te ha dado para abrir las puertas hacia una vida de plenitud y propósito. Úsalas con reverencia, con gratitud y sobre todo con la comprensión de que al hacerlo estás participando en el proceso más sagrado que existe. La evolución consciente de la vida hacia formas cada vez más elevadas de expresión y experiencia. Tu vida es tu obra maestra y estas palabras son los colores más brillantes en tu paleta creativa. Úsalas sabiamente y verás como el lienzo de tu existencia se transforma en algo más hermoso de lo que jamás soñaste posible.