Magníficat

De FSF
Virgen del Magnífict

🌿 Magníficat — Cántico de María

Poderosa Letanía del MAGNIFICAT contra toda maldad


Aquí tienes la oración del Magníficat, también llamada “Cántico de María”, en su versión oficial en español, tal como se reza en la Liturgia de las Horas y en la misa católica.


TRANSCRIPCION

Letanía del Magnificat. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Invocación inicial. Virgen María, madre del Magnificat, hoy me acerco a ti para que tu cántico de alabanza se vuelva espada contra toda oscuridad, escudo contra toda envidia, muralla contra toda maldición. Cúbreme con tu manto poderoso y no permitas que nada ni nadie me aparte del amor de tu hijo Jesús. Aquí hacemos un momentito de silencio para ofrecer a la Virgen María esta letanía y para hacer cada quien su petición. [Música] [Música] A cada invocación vamos a responder. Virgen del Magnífica, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Proclama mi alma la grandeza del Señor. Que mi vida se llene de luz y no de tinieblas. Todos, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud. La paz y el amor cuando la tristeza me quiera dominar. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando la envidia o el odio me rodeen, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando las lenguas venenosas se vuelvan contra mí, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando las brujerías, maleficios y hechizos quieran alcanzarnos. Virgen del Magnificat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando las malas vibras y la oscuridad nos quieran oprimir, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reinen la salud, la paz y el amor. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. Que mi alegría venza toda tristeza. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reinen la salud, la paz y el amor. Cuando el cansancio y la angustia nos golpeen, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando los malos vecinos provoquen discordias, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando las malas compañías quieran enredar a mi familia, a mis hijos, a mis seres queridos. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Cuando amantes o falsos amigos quieran destruir mi hogar, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reinen la salud, la paz y el amor. Cuando la tentación y el engaño quieran reinar, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Derribó del trono a los poderosos y exaltó a los humildes. Derriba todo orgullo y soberbia que nos ataque todos. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz. y el amor. Derriba la hechizaría y toda obra del maligno. Virgen del magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Derriba las lenguas maldicientes y perversas. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Derriba al que siembra división y envidia. Virgen del Magnificat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Derriba los muros de odio y resentimiento. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Exalta en mi familia la paz, la humildad y el amor. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacíos. Todos, Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Llena nuestra vida de bendiciones y paz. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Llena mi hogar de unidad y armonía. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Llena nuestro cuerpo de salud y fortaleza. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Llena nuestra mente de sabiduría y claridad. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Llena nuestro espíritu de fe y esperanza. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Llena nuestro camino de abundancia y prosperidad. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Auxilió a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad. Todos. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Defiéndeme de toda injusticia y maldad. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Defiéndenos de hechicerías, amarres y brujerías. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Defiéndenos de gente falsa e injusta. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Defiéndenos de vecinos conflictivos y perturbadores. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Defiéndenos de envidias, engaños y traiciones. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Defiéndenos de todo peligro, accidentes y desgracias. Virgen del Magníficat, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Virgen del Magníficat, aleja de mi familia todo vicio, toda adicción. Defiéndenos de toda esclavitud, alcoholismo o drogadicción. Virgen del Magnífica, haz que en mi familia solo reine la salud, la paz y el amor. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya. Y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas. El que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuantos le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios trastornando sus designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó Israel, su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres, Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Oración final. Madre del Magnífica, reina poderosa, tú que proclamaste la grandeza de Dios, haz que también nosotros vivamos bajo su bendición. Rompe cadenas, aleja peligros, destierra toda obra de maldad contra nosotros y cúbrenos con tu manto celestial. Amén. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACION

🕊️ Texto en español (versión litúrgica oficial)

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, —como lo había prometido a nuestros padres— en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Decena del MAGNIFICAT

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Una decena del MAGNIFICAT Rompiendo Ataduras de Maldiciones Intergeneracionales


TEXTO

[Música] de escenario del Magnificat para deshacer toda atadura de las maldiciones. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado original concebida. Espíritu, Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, Ángeles, arcángeles y santos del paraíso desciendan en mi ayuda. Primer atadura. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a mi favor, a favor de mi cónyugue, de mis hijos y de toda mi familia, deshaciendo toda maldición que nos alcanzó. Miseria, pobreza, ruina, hambre, desempleo, falta de abrigo, escasez, deudas económicas, pérdidas, fracasos, destrucción y humillación por causa de nuestros pecados y los pecados de nuestros antepasados. Que estas maldiciones sean ahora deshechas por el poder de la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Que todos los demonios que entraron en nuestra vida y en la vida de nuestros hijos, trayéndonos estas maldiciones, sean ahora amarrados por tus santos ángeles y arcángeles, sin ninguna manifestación maligna. que se presenten delante de nuestro Señor Jesucristo para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad. Que estos demonios estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestra familia en el nombre de Jesús. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente mente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. [Música] Segunda atadora. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a mi favor, a favor de mi cónyugue, a favor de mis hijos y de todos mis familiares, deshaciendo toda maldición que nos alcanzó como depresiones, pánico, miedo, ansiedad, tensión nerviosa, angustia, aflicción, preocupación exagerada, inquietación, estrés causada por nuestros pecados y los pecados en nuestros antepasados. Jesús se hizo maldición en lugar nuestro. Por eso estas maldiciones ya no tienen más poder sobre nosotros. En el nombre de Jesús, que todos los demonios que nos llegaron a través de estas maldiciones sean ahora amarrados en el nombre de Jesús por los santos ángeles y arcángeles, sin ninguna manifestación maligna y que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad. y que estén prohibidos de volver a nosotros, a nuestros hijos, a nuestra familia. Que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya. Y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Tercer atadura. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a mi favor, a favor de mi cónyuge y a favor de mis hijos y de toda mi familia, deshaciendo todas las maldiciones que llegaron hasta nosotros, causadas por nuestros pecados sexuales y por los pecados sexuales de nuestros antepasados. Que sea deshecha toda maldición de adulterio, prostitución, homosexualismo, lesbianismo, aberraciones sexuales, fornicación, masturbación, impureza mental, abuso, violaciones, agresividad sexual, exhibicionismo, seducción, inmoralidad. Sexo, energjías, conversaciones obscenas, bromas maliciosas, divorcio y separación. que todos los demonios que llegaron hasta nosotros a través de estas maldiciones sean ahora amarrados en el nombre de Jesús, por los santos ángeles y arcángeles, sin ninguna manifestación maligna y que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad y que sea prohibido que vuelvan hasta nosotros y hasta nuestros hijos. Que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya. Y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Cuarta atadura. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a favor mío, a favor de mi cónyugue, a favor de mis hijos y de toda mi familia, deshaciendo en nuestra vida todas las maldiciones que llegaron hasta nosotros. robo, deshonestidad, hurto, fraude, trampa, mentira y engaño. Todos estos demonios que entraron en nuestra vida y en la vida de nuestras familias y seres queridos a través de estas maldiciones sean ahora amarrados en el nombre de Jesús, para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos y a nuestras familias. que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo. Santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Quinta atadora. Padre amado, te presento la sangre y la cruz en nuestro Señor Jesucristo, a favor mío, a favor de mi cónyugue, a favor de mis hijos y familiares, deshaciendo todas las maldiciones que llegaron hasta nosotros, causadas por pecados de idolatría y de los de nuestros antepasados. Que se deshaga toda maldición de idolatría, de poder, de placer y de poseer, de codicia, idolatría de dioses falsos, de búsqueda de sociedades secretas, espiritismo, ocultismo, magia negra, ritos africanos, lectura de las manos, de las cartas de horóscopos, adivinar el futuro, uso de duendes, cristales, pirámides, pata de conejo, herraduras y cualquier otra forma de superstición. Desaz, Señor, toda maldición de avaricia, incredulidad, vicios de alcohol, cigarro, drogas y juegos. En el nombre de Jesús, que todos estos demonios que llegaron hasta nosotros y hasta nuestros hijos o intenten llegar hasta nosotros, sean ahora amarrados en el nombre de Jesús por los santos ángeles y arcángeles, sin ninguna manifestación maligna y que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad. y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos y a nuestras familias, que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya. Y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Sexta atadura. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a favor mío, a favor de mi cónyugue, a favor de mis hijos y de toda mi familia, deshaciendo toda maldición que ha llegado hasta nosotros. Práctica de homicidio, asesinato, aborto, suicidio, crueldades, agresividad. violencia, venganza y rebeldía. Que todos estos demonios que entraron en nuestra vida y en la vida de nuestros hijos y de nuestros familiares sean ahora amarrados en el nombre de Jesús. por los santos ángeles y arcángeles, sin ninguna manifestación maligna, que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad y que estén prohibidos de volver a nosotros, a nuestra familia y a nuestros hijos, que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente mente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Séptima atadora. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo, deshaciendo en mi vida, en la vida de mi cónyugue, en la vida de mis hijos y de todos mis familiares. Toda maldición de enfermedades que ha llegado hasta nosotros, enfermedades al corazón, presión alta, mareos, laberintitis, sequedad en la boca, úlcera, en el intestino, enfermedades en el hígado, en el páncreas, en los huesos, artritis, osteomelitis, Debilidad a los nervios, desequilibrio emocional y mental, insomnio, pérdida de memoria, amnesia, locura, falta de ánimo, ceguera, tendencia al estrés, depresión, diabetes, cáncer, triglicéridos, colesterol, colitis, [Música] Aquí vamos a dejar un momentito de silencio para que cada quien le presente al Señor sus enfermedades. [Música] Todos los demonios que llegaron hasta nosotros y hasta nuestros familiares con estas enfermedades sean ahora amarrados sin ninguna manifestación maligna y que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestras familias y a nuestros seres queridos. que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente mente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Octava atadora. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo, deshaciendo en mi vida, en la vida de mi cónye, en la vida de mis hijos y de todos mis familiares, toda maldición que pueda haber caído sobre nosotros, lanzada por personas conocidas, por nuestros enemigos, por parientes, vecinos, profesores, padres de alumnos, empleados domésticos, sacerdotes, personas religiosas, gitanos, limosneros. [Música] Aquí vamos a dejar un momentito de silencio para que usted diga algunos nombres de personas que hayan lanzado maldiciones contra usted y su familia. [Música] Maldiciones de persecución, traiciones emboscadas, maldiciones contra nosotros, chismes, comentarios bajos, difamación de nuestra persona, calumnias, intrigas, odio, envidia. que todos estos demonios que usan o usaron personas para traer estas maldiciones sean ahora amarrados sin ninguna manifestación maligna y que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos para que seamos una nueva generación. para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas. El que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Novena atadora. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a mi favor, a favor de mi cónyugue, a favor de mis hijos y todos mis parientes, deshaciendo toda maldición que pueda recaer sobre nosotros. asaltos, ansiedad, angustia, tristeza, miedo, odio, venganza, agresividad, egoísmo, aflicción, soledad, vacío interior, dolor de cabeza, autorrechazo, crueldad, secuestro y rapto. [Música] que sean ahora deshechas en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Todos estos demonios que entraron en nuestra familia sean ahora amarrados sin ninguna manifestación maligna y que se rindan a los pies de Jesús para que Jesús disponga de ellos según su santa voluntad y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos y a nuestra familia para que seamos una nueva generación. para alabarte y adorarte. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas. El que es todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Décima atadura. Padre amado, te presento la sangre y la cruz de nuestro Señor Jesucristo a mi favor, a favor de mis hijos y de mi cónyugue y a favor de toda mi familia, deshaciendo en nuestras vidas maleficios, brujerías, magia negra, misas negras, hechizos, maldición. entierros, amarres, dependencias, las amarras de las maldiciones y del mal de ojo, la infestación diabólica, la posesión diabólica, la obsesión diabólica y todo lo que es malo. Quema todos estos males en el infierno para que nunca más nos vuelvan a perjudicar ni a mí ni a ninguna otra persona de mi familia. Amén. Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador, porque he puesto la mirada en la humilde sierva suya y verán aquí el motivo porque me tendrán por feliz y dichosa todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas el que es todopoderoso y su nombre infinitamente mente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuanto le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su infinita misericordia y bondad, así como lo había prometido a nuestros primeros padres Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén. Ahora, Padre celestial, así liberados con el poder de tu Espíritu Santo, te pedimos ahora desata las bendiciones y te pido, Padre celestial, abrir las ventanas de los cielos y derramar tus bendiciones sobre mí y sobre toda mi familia. Nombra las bendiciones que quieras que nuestro Padre del cielo derrame sobre ti y tu familia, ya sea tu empleo, tus negocios, tu estudio. [Música] [Música] Te pido esto en el nombre bendito de Jesús y con el poder del Espíritu Santo y por intercesión de la Virgen María y el auxilio de los santos ángeles y los arcángeles me lo concedas ahora. Amén. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. M.


Origen

Proviene del latín: Magnificat anima mea Dominum (“Proclama mi alma la grandeza del Señor”).
En español se conserva el nombre en latín porque es el título tradicional del cántico evangélico de María (Lucas 1:46-55).
🕊️ Significa: “Proclama / engrandece”.
📜 Uso: siempre con mayúscula inicial y acento: Magníficat.

🌿 Magníficat — Cántico de María 🌿

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, —como lo había prometido a nuestros padres— en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


🌺 Significado espiritual

Proclama mi alma la grandeza del Señor

María reconoce que toda su alegría y valor provienen del Amor divino que habita en ella. El alma humana, al despertar, también puede cantar este mismo gozo.

El Poderoso ha hecho obras grandes por mí

No es vanidad, sino gratitud. María ve que Dios actúa con fuerza en lo pequeño y en lo humilde.

Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes

El Reino de Dios invierte los valores del mundo: el orgullo se disuelve, la sencillez florece.

A los hambrientos los colma de bienes

El hambre espiritual es saciada por el amor; el vacío de quien confía solo en lo material queda expuesto.

Auxilia a Israel, su siervo

María canta la fidelidad de Dios, que cumple sus promesas y no olvida a los suyos.


«El Magníficat es el canto de un alma que ha descubierto
que la verdadera grandeza está en servir y amar.» ✨