Espiritu santo



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🔥 Oración al Espíritu Santo para Pedir Sabiduría, Amor y Fortaleza en Momentos Difíciles
DESCRIPCION
Déjate envolver por la presencia viva del Espíritu Santo, fuente de paz, sabiduría y consuelo.En este momento de oración, invocamos los siete dones del Espíritu Santo —sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios— para que Él tome el control de tu vida, ilumine tus decisiones, fortalezca tu fe y derrame sobre ti su gracia infinita.
✨ Abre tu corazón, deja que su fuego purifique tu alma, y permite que su luz guíe cada paso de tu camino. Escucha esta oración en calma, con fe y confianza, y sentirás cómo el Espíritu Santo transforma tu interior y llena tu vida de bendiciones.
🙏 Que cada palabra te acerque más al amor de Dios, que cada silencio sea una oportunidad para escuchar su voz, y que al terminar este video sientas la paz de saber que el Espíritu Santo mora en ti.
ORACION
Ven, Espíritu Santo, ven. Soplo divino que alienta la creación, llama eterna que purifica y transforma. Ven a mí, dulce huésped alma, porque sin ti todo es vacío, todo se apaga, todo se vuelve sombra. Te abro las puertas de mi corazón, de mi mente y de mi historia. Entra, Espíritu de Dios, y toma posesión de cada rincón de mi vida. Limpia mis recuerdos, mis heridas, mis temores. Renueva mi espíritu cansado. Enciende en mí la luz de tu presencia. Haz que mi alma se convierta en tu morada y que cada pensamiento, cada palabra y cada acción sean reflejo de tu amor, testimonio vivo de tu poder. Oh Espíritu Santo, tú que planeabas sobre las aguas en el principio del mundo, vuelve a planear sobre mi vida. para crear de nuevo en mí un corazón puro y un espíritu recto que te ame sin medida. Espíritu de sabiduría, ven. Espíritu de sabiduría, tú que das sentido a lo que el hombre no entiende, muéstrame el valor de lo eterno. Hazme mirar más allá de lo visible y entender que las cosas del cielo son más grandes que los tesoros de la tierra. No permitas que mi mente se pierda. En lo superficial o en lo pasajero, hazme ver con claridad lo que es esencial para no gastar mi vida en cosas sin alma. Enséñame a contemplar a Dios en todo. En la sonrisa del que sufre, en la paciencia del que espera, en la fe del que sigue creyendo aún sin ver. Espíritu Santo, sabiduría eterna, condúceme a buscar la verdad de Dios en cada decisión, en cada paso que dé, en cada silencio que guarde. Espíritu de entendimiento, ven. Espíritu Santo, Espíritu de entendimiento y luz, abre mi mente para comprender tu palabra. Haz que no me quede en la letra, sino que penetre en el espíritu. Dame el don de entender tus caminos, aunque sean distintos de los míos. Dame paciencia para aceptar lo que no comprendo y fe para confiar incluso cuando el dolor pesa. Ilumina mi corazón cuando todo parezca oscuro. Muéstrame tu plan cuando mi fe se tambalee. Hazme entender que tus tiempos son perfectos y que toda prueba trae escondida una bendición. Espíritu Santo, hazme entender el lenguaje del amor, ese idioma divino que une a los hombres, que sana las heridas y que todo lo perdona. Espíritu de consejo, ven. Espíritu de consejo, fuente de discernimiento y prudencia, pon en mis labios palabras sabias y en mi mente pensamientos serenos. Cuando me enfrente a decisiones difíciles, susurrame al corazón qué camino seguir. Que no me guíe el miedo ni la ira, sino la paz que solo viene de ti. Dame claridad para distinguir lo bueno de lo malo, lo que edifica de lo que destruye. Guíame cuando el mundo me ofrezca caminos fáciles para que elijas siempre la senda de la verdad. Hazme instrumento de consejo para otros. Que mis palabras sean bálsamo y no juicio, luz y no confusión. Espíritu de consejo, quédate conmigo cada día para que en mi voz sea tu voz la que hable. Espíritu de fortaleza, ven. Espíritu Santo, fortaleza del alma, roca firme de los débiles, dame valor cuando las pruebas me asusten, cuando el cansancio me haga dudar, cuando el miedo quiera detenerme. Tú eres mi escudo en la batalla, mi refugio en la tormenta, mi paz en medio del ruido. Dame fuerza para seguir creyendo cuando todo parezca perdido. Ayúdame a levantarme una y otra vez, como lo hizo Cristo al cargar la cruz. Infunde en mí la valentía de los santos, el coraje de los mártires, la esperanza de los humildes. Que nada ni nadie me aparte de ti. Fortaléceme, Espíritu Santo, para ser fiel en lo pequeño, constante en la oración y generoso en el servicio. Espíritu de ciencia, ven. Espíritu de ciencia, hazme contemplar la obra de Dios en la creación. Enséñame a mirar el mundo con respeto y gratitud. Que mi corazón vea en cada flor, en cada amanecer, en cada rostro humano, la huella viva del creador. Dame entendimiento para no usar lo que has creado, solo para mi provecho, sino para el bien de todos. Hazme responsable con lo que poseo, agradecido con lo que recibo y generoso con lo que comparto. Enséñame a usar mi inteligencia para servir, mi conocimiento para construir, mi talento para amar. Oh Espíritu Santo, haz que mi mente no se llene de orgullo, sino de sabiduría humilde y verdadera, la que nace del amor a Dios. Espíritu de piedad, ven. Espíritu de piedad, dulzura del alma, llama que ablanda los corazones duros. Hazme amar a Dios como padre y a mis hermanos como hijos del mismo amor. Pon ternura en mis palabras, paciencia en mis gestos y misericordia en mis juicios. Enséñame a orar con el corazón, a servir sin buscar recompensas, a perdonar sin límites. Dame el gozo de estar contigo, aunque el mundo me olvide, y la dicha de encontrar en la oración el descanso que mi alma necesita. Espíritu de piedad, hace mi vida una ofrenda continua, un cántico de amor que suba hasta el cielo. Espíritu de temor de Dios, ven. Espíritu Santo, temor santo, que no es miedo, sino reverencia y asombro ante tu grandeza. Haz que nunca olvide que soy criatura tuya dependiente de tu gracia. Líbrame del orgullo que ciega, del egoísmo que separa, de la indiferencia que mata el amor. Enséñame a vivir en tu presencia, a caminar humildemente contigo, a reconocer que solo tú eres Señor, que cada día despierte con gratitud, que cada noche cierre los ojos en paz, sabiendo que he caminado bajo tu mirada. Consagración final. Espíritu Santo, hoy consagro mi vida entera a ti. Mi pasado con sus errores y victorias, mi presente con sus luchas y esperanzas. Mi futuro con sus misterios y promesas. Tómalo todo porque todo lo que soy te pertenece. Moldea mi corazón a tu imagen. Haz de mi alma una lámpara encendida. Dame tu fuego para amar, tu luz para discernir, tu fuerza para servir, tu paz para vivir. Espíritu divino, quédate conmigo hoy y siempre. Que en mis silencios hables tú, que en mis obras actúes tú, que en mis días brilles tú. Y cuando termine mi jornada en esta tierra, ven a buscarme con tu ternura infinita para llevarme al encuentro eterno con el Padre, el Hijo y contigo. Espíritu de amor por los siglos de los siglos. Amén.