Diferencia entre revisiones de «Mañana»
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La mente es el instrumento más sagrado con el que contamos para percibir y experimentar el mundo. | |||
Es moldeable, viva, y profundamente reprogramable. Cada mañana, antes de que los recuerdos del ayer vuelvan a ocupar su espacio, la mente se encuentra abierta como un campo fértil, lista para recibir las primeras semillas del día. | |||
Lo que elegimos sembrar en esos primeros instantes —nuestras ideas, intenciones o pensamientos— determinará, en gran medida, la experiencia que viviremos durante el resto de la jornada. | |||
Al despertar, la mente aún no ha cargado la pesada jerga de las rutinas ni las memorias que más tarde condicionarán nuestras decisiones. Todavía es ligera, transparente, y puede ser guiada con facilidad hacia lo más alto. En ese estado de pureza, somos más receptivos a la energía del Creador, a esa corriente silenciosa y sutil que fluye desde la fuente misma de la vida. | |||
Esa energía, limpia y amorosa, no viene de fuera: brota desde el centro de nuestro ser, como una luz que anhela expresarse en el mundo. | |||
Si la acogemos al amanecer, si le permitimos entrar en nuestra mente antes de que el ruido del día despierte, ella se convierte en guía y sostén. Entonces el día deja de ser una sucesión de tareas, y se transforma en una creación consciente. | |||
Las personas que viven con propósito conocen este secreto: el despertar es un regalo. | |||
La hora importa menos que el instante en que decidimos dirigir nuestra mente hacia lo luminoso. | |||
Cada mañana es una oportunidad para elegir qué pensamientos queremos que nos acompañen; | |||
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La mente es nuestro instrumento principal para percibir y experimentar el mundo, y es, al mismo tiempo, altamente reprogramable. | |||
Las ideas que colocamos en nuestra mente por la mañana determinan en gran medida la experiencia que viviremos durante el resto del día. | |||
Al despertar, nuestra mente aún no ha cargado la jerga, los recuerdos ni las preocupaciones del pasado. Todavía no ha reactivado esas estructuras mentales que más tarde utilizaremos para pensar, decidir y crear. Esta información, una vez activa, puede ayudarnos o limitarnos en la forma en que construimos nuestro día. | |||
Por las mañanas, sin embargo, estamos más receptivos a la energía pura del Creador, de Dios: una energía sutil, limpia y dirigida hacia el anhelo profundo del mundo, de nuestra alma y de nuestro propio ser. Esa energía —esa luz que guía el inicio de la jornada— puede ser sembrada en nuestra mente para orientarnos con claridad y elevar la calidad de todo lo que vivamos a lo largo del día. | |||
Las personas exitosas conocen y aprovechan este impulso inicial que nos ofrece el despertar. | |||
Y aunque la hora del día también influye, lo más importante es reconocer y aprovechar ese estado mental fresco y receptivo —aún libre de rutinas y condicionamientos— para colocar en nuestra mente los pensamientos que darán forma y sentido a nuestro día. | |||
La mente es nuestro instrumento principal para percibir y experimentar el mundo; la mente es altamente reprogramable. <br> | La mente es nuestro instrumento principal para percibir y experimentar el mundo; la mente es altamente reprogramable. <br> | ||
Las ideas colocadas en nuestra mente por la mañana determinarán la expriencia del resto del dia. <br> | Las ideas colocadas en nuestra mente por la mañana determinarán la expriencia del resto del dia. <br> | ||
Revisión actual - 06:59 10 oct 2025
Primeros 5 Minutos
Hoy elijo ser el arquitecto de mi experiencia.
Explicación
ChatGPT
🤝
ChatGPT ✨
🧩
🌐
- 🕊️ La mente al amanecer
La mente es el instrumento más sagrado con el que contamos para percibir y experimentar el mundo.
Es moldeable, viva, y profundamente reprogramable. Cada mañana, antes de que los recuerdos del ayer vuelvan a ocupar su espacio, la mente se encuentra abierta como un campo fértil, lista para recibir las primeras semillas del día.
Lo que elegimos sembrar en esos primeros instantes —nuestras ideas, intenciones o pensamientos— determinará, en gran medida, la experiencia que viviremos durante el resto de la jornada.
Al despertar, la mente aún no ha cargado la pesada jerga de las rutinas ni las memorias que más tarde condicionarán nuestras decisiones. Todavía es ligera, transparente, y puede ser guiada con facilidad hacia lo más alto. En ese estado de pureza, somos más receptivos a la energía del Creador, a esa corriente silenciosa y sutil que fluye desde la fuente misma de la vida.
Esa energía, limpia y amorosa, no viene de fuera: brota desde el centro de nuestro ser, como una luz que anhela expresarse en el mundo. Si la acogemos al amanecer, si le permitimos entrar en nuestra mente antes de que el ruido del día despierte, ella se convierte en guía y sostén. Entonces el día deja de ser una sucesión de tareas, y se transforma en una creación consciente.
Las personas que viven con propósito conocen este secreto: el despertar es un regalo. La hora importa menos que el instante en que decidimos dirigir nuestra mente hacia lo luminoso. Cada mañana es una oportunidad para elegir qué pensamientos queremos que nos acompañen; qué mirada queremos ofrecer al mundo; qué versión de nosotros mismos deseamos vivir.
Ziv
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Ziv ✨
- Existe una alta receptividad por las mañanas.
La mente es nuestro instrumento principal para percibir y experimentar el mundo, y es, al mismo tiempo, altamente reprogramable.
Las ideas que colocamos en nuestra mente por la mañana determinan en gran medida la experiencia que viviremos durante el resto del día.
Al despertar, nuestra mente aún no ha cargado la jerga, los recuerdos ni las preocupaciones del pasado. Todavía no ha reactivado esas estructuras mentales que más tarde utilizaremos para pensar, decidir y crear. Esta información, una vez activa, puede ayudarnos o limitarnos en la forma en que construimos nuestro día.
Por las mañanas, sin embargo, estamos más receptivos a la energía pura del Creador, de Dios: una energía sutil, limpia y dirigida hacia el anhelo profundo del mundo, de nuestra alma y de nuestro propio ser. Esa energía —esa luz que guía el inicio de la jornada— puede ser sembrada en nuestra mente para orientarnos con claridad y elevar la calidad de todo lo que vivamos a lo largo del día.
Las personas exitosas conocen y aprovechan este impulso inicial que nos ofrece el despertar.
Y aunque la hora del día también influye, lo más importante es reconocer y aprovechar ese estado mental fresco y receptivo —aún libre de rutinas y condicionamientos— para colocar en nuestra mente los pensamientos que darán forma y sentido a nuestro día.
La mente es nuestro instrumento principal para percibir y experimentar el mundo; la mente es altamente reprogramable.
Las ideas colocadas en nuestra mente por la mañana determinarán la expriencia del resto del dia.
La misma mente al iniciar el día aun no ha cargado toda la jerga o memorias pasadas que luego serán herramientas para llevar y con ellas crear en el transcurso del dia. Esta información puede ayudarnos o bien puede limitarnos a crear nuestro dia. Pero por las mañanas estamos mas receptivos a la energía propia del creador, de dios; es una energía sútil y limpia encaminada al anhelo del creador, del mundo, de nuestra propia alma y ser; esta energía o luz que guía nuestra mañana puede colocarse en nuestra mente para arrancar y tener un guía muy alta y buena para el resto del dia; las personas exitosas conocen y aprovechan este arranque inicial que nos regala el despertar. Si bien la hora del dia tambien es importante; lo más importante es aprovechar nuestro estado mental limpio y receptivo que aun no ha cargado las rutinas o condicionamientos para colocar en nuestra mente los pensamientos que van a crear nuestro dia.
